Además, anunció que esa vigilancia se extenderá también a Ourense y Pontevedra. Recordó que ya se han producido los primeros controles, pero habrá «muchos más» durante las próximas semanas para evitar la circulación de patata procedente de las zonas afectadas, y no sólo en A Coruña y Lugo, sino también en las provincias del sur de Galicia.
El delegado del Gobierno recordó que actualmente hay 31 municipios en Galicia afectados por la polilla, pero la prohibición de recoger patata se extiende a otros cinco más, porque los encargados de luchar contra la plaga esperan que esos territorios actúen como una especie de «tapón» natural que evite su propagación.
En ese sentido, también hizo un llamamiento a la concienciación de la propia población, porque es fundamental que no salga patata infectada de las zonas en cuarentena para evitar que la plaga se extienda y acabe por afectar a otros municipios e incluso a zonas donde la producción de este tubérculo es muy importante, tanto por cantidad como por calidad.
Precisó que los controles afectarán a los vehículos de transporte, pero también a los automóviles particulares y recordó que las sanciones, en caso de incumplimiento de la norma, oscilan entre 300 y 3.000 euros.