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La superficie de ajo alcanza las 24.000 hectáreas pero se prevé menos producción

Las condiciones meteorológicas y la falta de materias activas condicionan un cultivo que se enfrenta, además, a la pérdida de competitividad frente a terceros y los aranceles de Trump.

La Mesa Nacional del Ajo ha avanzado que la actual campaña, con 24.000 hectáreas sembradas, ha recuperado área cultivada con respecto a los años anteriores, aunque se espera que la producción sea inferior a la del año pasado.

La Mesa ha celebrado una asamblea esta semana en Las Pedroñeras (Cuenca), donde se ha achacado esta menor producción a unas condiciones meteorológicas adversas y falta de materias activas para el control de malas hierbas, plagas y enfermedades.

Por comunidades autónomas, Andalucía es la región que ha registrado el mayor incremento de superficie sembrada, 31 %, ya que, durante la sequía de los años anteriores, tuvo un retroceso muy fuerte de superficie sembrada, que este año ha recuperado en parte, según ha informado Cooperativas Agro-alimentarias.

Pérdida de competitividad

Los asistentes han alertado de «la pérdida de competitividad de la producción de ajo español», que se ve reflejada, durante las últimas cuatro campañas, en un descenso continuo de la venta de ajo español en Europa (-17 %) y fuera de Europa (-21 %), mientras que, a su vez, durante estas mismas cuatro campañas, las importaciones de la UE y de España de ajo de terceros países crece año tras año, un 68 % y un 185 % respectivamente.

En la reunión también se analizó el impacto que los aranceles de Estados Unidos pueden tener en el ajo español, ya que España representa aproximadamente el 8 % del ajo fresco consumido en este país y ocupa el tercer puesto como país de origen de los ajos que importa.

Las pérdidas estimadas, entre el escenario más optimista y el adverso, se calculan pueden estar entre los cuatro y veinte millones de euros.

La Mesa ha considerado necesario que Europa «tome medidas para proteger la producción del ajo europeo» y ha avanzado que las perspectivas de siembra para la próxima campaña se consideran serán similares e incluso más bajas a las de la última campaña dada la falta de rentabilidad del cultivo y el elevado coste de producción.