Fernández ha recordado en un comunicado de la Delegación del Gobierno en Andalucía que el regadío representa en torno al 30 % de la superficie cultivada en Andalucía, más de un millón de hectáreas, pero concentra el 64 % del valor de la producción agraria y el 63 % del empleo del sector.
«La falta de lluvias y las altas temperaturas hacen necesaria una planificación que asegure el abastecimiento humano y mantenga en pie un sector clave para la economía andaluza», ha subrayado.
Del total invertido, 471,6 millones corresponden al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en 29 proyectos, de los que 22 están cofinanciados por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El resto se ejecuta mediante convenios con la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa) para modernizar y consolidar regadíos, con actuaciones centradas en la eficiencia del uso del agua, la sostenibilidad y el empleo de energías renovables.
A estas iniciativas se suman los 295,6 millones destinados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que incluyen actuaciones de mejora del abastecimiento y la digitalización del ciclo del agua, como la instalación de contadores inteligentes, sistemas de control de humedad y automatización del riego.
En paralelo, el Gobierno ha comprometido otros 394,7 millones para infraestructuras de desalación en las provincias de Almería y Málaga, entre ellas la construcción de nuevas plantas en la Axarquía y en el Bajo Almanzora II, además de ampliaciones y mejoras en las desaladoras ya existentes.
«En total, más de 766 millones de euros que buscan transformar el sector agrario andaluz para hacerlo más sostenible, moderno y resiliente frente al cambio climático», ha concluido el delegado del Gobierno.