El Reino Unido continúa siendo un importante consumidor de tomates, con una fuerte dependencia de las importaciones para satisfacer la demanda interna.
Las fluctuaciones en la producción nacional y los cambios en las relaciones comerciales internacionales siguen desempeñando un papel crucial en la dinámica del mercado de tomates en el país.
En concreto, los británicos consumen alrededor de 462.000 toneladas de tomates frescos al año. Esto equivale en torno a 160 gramos por persona a la semana.
La importación es clave, ya que a través de esta vía de negocio se introducen en las islas 395.897 toneladas, con un valor de mercado total que alcanza los 792 millones de euros.
Sin embargo, la producción nacional solo cubre alrededor del 14 por ciento de esta demanda, aumentando durante el verano, que es la temporada alta para los tomates británicos.
