El informe que ha elaborado sobre inversión en suelo rústico 2024 recoge que ese interés se debe a su potencial de rentabilidad a largo plazo en un contexto de búsqueda de «activos refugio» frente a la inflación.
El atractivo de España para invertir en el campo se ve favorecido, según el dossier, por sus condiciones climáticas y su diversidad geográfica.
Hasta octubre, se adquirieron 129.965 fincas rústicas en el país, principalmente en Castilla y León (20.838 operaciones), Andalucía (18.833), la Comunidad Valenciana (16.984) y Castilla-La Mancha (15.688), que concentraron el 55,7 % de las transacciones, según ha recordado.
De acuerdo con el informe, esta dinámica de inversión está produciendo un cambio en la estructura del campo porque, a medida que las grandes fincas de inversión toman terreno, los pequeños y medianos agricultores tradicionales enfrentan dificultades para competir.
Por eso, la plataforma digital ve necesario más deducciones en el IRPF para facilitar la competencia de los pequeños y medianos agricultores con los nuevos actores.
Sin embargo, el perfil de nuevos actores que está transformando el mercado «no sólo está comprometido con la rentabilidad financiera, sino que también busca aportar un valor real a los agricultores y al medio ambiente», según Cocampo.
El principal reto será encontrar un equilibrio entre los intereses económicos de los nuevos actores y la preservación del modelo agrícola tradicional, de acuerdo al análisis de esta plataforma especializada.
El dossier detalla algunas operaciones de inversión efectuados por empresas como Long Walk Farming, el fondo Natural Capital Fund, Bankinter Investment y Nuveen Natural Capital, Atitlan, Banco Santander y HIH Invest Real Estate, entre otros.
