En sus estimaciones anuales publicadas este jueves, el Insee indica que los precios agrícolas se han reducido un 4,2 %, a un ritmo casi equivalente del 4,4 % constatado en 2023, y ese efecto para el bolsillo del sector se ha visto agravado con la reducción de la producción del 3,4 %, cuando el pasado año había aumentado un 3 %.
Esa disminución se debe a unas condiciones meteorológicas generalmente adversas y se ha concentrado en la producción vegetal, que ha sufrido un bajón del 6,8 %.
En particular cayó el vino (20,5 %), los cereales (16,3 %) y las oleaginosas (11,5 %), que no han podido compensarse con el crecimiento en los forrajes (16,1 %), la fruta (1,2 %) o las verduras y hortalizas (4,3 %).
Por lo que respecta a los precios de la producción vegetal, se han abaratado en conjunto un 6,8 % con descensos del 4,9 % para los cereales (tras la del 30 % en 2023, cuando hubo una cosecha récord en el mundo) o de hasta el 34,8 % para los forrajes.
Malestar agricultores
Estas cifras se conocen en un contexto de malestar de los agricultores por las posibles consecuencias del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur, cuya negociación se cerró hace una semana, y por los efectos de la caída del Gobierno francés por una moción de censura la semana pasada.
La salida del Gobierno del primer ministro conservador, Michel Barnier, dejó en suspenso todos los compromisos que había asumido ante los agricultores, que se habían traducido en toda una serie de dispositivos y de ayudas en su proyecto de presupuestos para 2025.
De momento, los presupuestos para 2025 van a ser una prórroga de los de 2024, de forma que no incluirán todas esas medidas y habrá que ver si el próximo Ejecutivo aún por determinar las asumirá y si tendrá una mayoría suficiente para sacarlas adelante.
El principal sindicato del sector, la FNSEA ha amenazado este jueves, por boca de su presidente, Arnaud Rousseau, con la posibilidad de reanudar las acciones de protesta «rápidamente antes de fin de año».
