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Cooperativas se aferran a su actividad para impedir el abandono del campo

Las cooperativas valencianas que han sufrido el impacto de la dana intentan por todos los medios recuperar su actividad lo antes posible con el fin de impedir el abandono del campo y la falta de futuro a largo plazo.

En la zona de Algemesí, una de las más afectadas, la cooperativa exportadora de cítricos Copal ha perdido un 90 % de toda su producción de cítricos y caquis, que apenas habían empezado a recolectar cuando la riada los arrasó.

El presidente de Copal, Vicente Bomboí, ha destacado también a Efeagro los daños en las plantaciones, a muchas de las cuales todavía no han podido acceder.

Solo están trabajando un centenar de personas en la recolección y otras cien en el manipulado, frente a los 1.100 empleados que sumaban antes del temporal.

Al menos la maquinaria de la planta de manipulación no se ha visto afectada, por lo que están procesando todo lo que han podido recoger de otros municipios colindantes, aun «a paso de tortuga», ha reconocido Bomboí.

El responsable ha asegurado que se acogerán «a todas las ayudas» disponibles en un momento «crucial para el relevo generacional», ante el temor de que muchos productores de edad avanzada y propietarios de pequeñas fincas abandonen la actividad.

Ha resaltado la importancia de que «el Gobierno esté de su lado» ante necesidades como los planes de futuro, la adaptación de variedades al mercado, la concentración parcelaria y la mecanización.

La industria se reactiva

De las 67 cooperativas que integran el grupo Anecoop, la dana ha golpeado a al menos 20, que representan el 40 % o más de su producción y se encuentran en las comarcas de La Ribera, Campo de Turia y Huerta Sur.

El director general de Anecoop, Miguel Abril, ha explicado que los cultivos más afectados han sido los cítricos y el caqui, con 50.000 toneladas perdidas de este último (el grupo es responsable del 50 % de su producción nacional).

Pese a los problemas iniciales de movilidad, «las cooperativas han reaccionado muy rápido y actualmente la actividad de los almacenes es prácticamente normal en plena campaña», ha apuntado Abril.

El directivo ha insistido en que el suministro a sus clientes «no corre ningún peligro» y que «la mejor de manera de ayudar a los agricultores de la zona es comprar sus productos», como ocurrió con el plátano de La Palma tras la erupción volcánica.

Garantizar el suministro

Las cooperativas están informando a sus socios sobre las ayudas puestas en marcha por la Administración, tanto las directas como las destinadas a reparar infraestructuras para futuras campañas.

El presidente de Cooperativas Agroalimentarias de la Comunidad Valenciana, Cirilo Arnandis, resalta que hay todo tipo de empresas afectadas: desde hortofrutícolas hasta vitivinícolas y productoras de arroz.

Tras volcarse en un inicio en la limpieza de sus instalaciones y en ayudar a la población, el sector cooperativo sigue cuantificando los daños, un «complejo» proceso sometido a problemas como la dificultad de acceso por la destrucción de puentes y caminos rurales, según Arnandis.

También se están adoptando las medidas oportunas para garantizar el suministro, pese a los cortes de carreteras, las restricciones a la movilidad y la ralentización de la actividad marítima.

Cooperativas ha estimado que en las próximas semanas podrán tramitar la documentación referente a las ayudas y compensaciones a las que acogerse en cada caso concreto.

Además del apoyo autonómico, el Gobierno central ha dedicado 444,5 millones de euros al sector agrario en su último paquete de medidas, una cuantía que «con el paso de las semanas se verá si es suficiente o si la evaluación de daños definitiva hace necesaria una mayor dotación», precisa Arnandis.

En cualquier caso, ha considerado «vital» proceder a su pago en el menor tiempo posible, de forma que «agricultores y cooperativas cuenten desde el primer momento con el respaldo necesario» para volver a la actividad.

Ante el futuro, el representante de las cooperativas valencianas ha subrayado que son empresas «resilientes por naturaleza», como han demostrado en momentos de crisis, y que «todas las afectadas trabajan ya en la recuperación de su actividad, con el objetivo de que la dana no les haga perder capacidad productiva o posición comercial».

Crónica: Belén Delgado. Efeagro