Son, además, los compradores más intensivos, debido a que su proporción de compra supera la proporción de población que representan (el 24,6%). Lo mismo ocurre con las parejas adultas sin hijos, que consumieron el 17% del total, representando el 12% de la población.
Empleando el parámetro del consumo per cápita, los retirados llevan a cabo la mayor ingesta per cápita, con una cantidad de 89,7 kilos por persona, lo que equivale a consumir 40,8 kilos más que el promedio del mercado.
Le siguen los adultos independientes, con 80,7 kilos por persona y año y las parejas adultas sin hijos, con 75,5 kilos por persona y año.
En el lado contario se sitúan los hogares formados por parejas con hijos pequeños, que solo consumen el 23% del total y las parejas con hijos de edad media, que consumieron el 30% de total.
Si se analiza el perfil del responsable de compras, se adquieren más hortalizas y de forma más intensiva, en hogares en los que quien compra es mayor de 50 años, al igual que ocurre con las frutas. Estos hogares representan el 70% de las compras de hortalizas frescas, siendo su extensión de población del 58%.
En el lado contrario, los hogares formados por menores de 35 años que son los que menos compran, ya que la ingesta que realizan no alcanza el peso de población que representan, consumiendo por debajo de lo esperado, el 5% del total frente al 10% de población que representan.
El consumo de hortalizas frescas en los hogares en 2023 se situó en 48,92 kilos por persona y año, lo que supuso un descenso del 2,6% respecto al año anterior, el equivalente a consumir cerca de 1,3 kilos menos con respecto al año anterior, y descendió también un 14% respecto a 2019.
Al igual que en el consumo de frutas, objeto de la noticia de FEPEX de ayer, la gran variedad de datos que aporta del Informe del Consumo de la Alimentación en España en 2023 del MAPA muestra que la demanda de hortalizas es soportada por los grupos de población de más edad.