En concreto, los resultados obtenidos muestran que el acolchado con restos de poda presentan valores más elevados de humedad y temperatura del suelo, mejorando la enmienda orgánica del mismo a través de la descomposición de los restos de poda del propio cultivo como consecuencia del aumento significativo de la actividad enzimática del suelo.
Además presenta una mayor concentración de nutrientes en el suelo que produce un aumento del uso eficiente del agua, del crecimiento vegetativo del árbol durante el periodo de mayor temperatura y de la productividad de los limoneros.
La investigación se está realizando en colaboración con la empresa “Cañada Honda”, en Librilla, que hace meses decidió apostar por un proyecto de innovación en 100 hectáreas de agricultura tradicional de cítricos para convertirla en ecológica utilizando marcadores moleculares del estado saludable de los árboles (aquaporinas) para controlar el estado hídrico de las plantas y reducir los fertilizantes nitrogenados.
Esta práctica se podría extender a otro tipo de cultivos leñosos.