El comienzo de la campaña de fresas en Alemania fue titubeante debido a los días frescos y lluviosos de primeros de junio, lo que provocó una demanda contraída.
El problema de la sequía en el sur de Alemania fue menor, ya que los productores han incorporado sistemas de riego a sus fincas y los volúmenes responden a la demanda.
A pesar de las lluvias y alguna tormenta con piedra, «estamos satisfechos con la temporada de fresas», explica Simon Schumacher, portavoz de la junta directiva de la Asociación de Productores de Espárragos y Fresas del sur de Alemania (VSSE).
«Tenemos una fruta muy aromática, gracias a la lenta maduración de esta campaña, ya que el tiempo fresco lo permitió», insiste.
La temporada de fresas transcurre con normalidad, «con producto de buena calidad, aunque con un caudal de oferta menor, pero precios muy estabilizados», señala Schumacher.
Los alemanes están volviendo a comprar directamente en la finca de los agricultores de fresas en las regiones de Baden-Württemberg y Renania. Los productores del colectivo VSSE consideran que el marketing directo está volviendo a funcionar y «hay interés por comprar producto regional en la misma finca».
Menor consumo
No obstante, la demanda va más lenta y prueba de ello es que la cantidad de hogares alemanes que compraron fresas locales hasta finales de mayo fue un 20 % menor con respecto al mismo periodo de la campaña pasada, según la consultora AMI.
Es cierto que la temporada de la campaña pasada empezó antes porque el clima así lo permitió. Y también es cierto que el precio de la fresa en las tiendas se encuentra un 15 % más cara que en la campaña anterior, por el incremento de los costes de producción.
La temporada de fresas en Alemania ha ido más lenta, hasta el punto de que sólo una cadena descuento cuenta desde el 15 de mayo sólo con fresas germanas. El resto de los lineales cuenta con fresa importada y doméstica.
