«Estamos ante un giro radical en el proceso de globalización porque USA no se encuentra cómodo en este proceso«, señala Manuel Pimentel, analista agrario en el 25º Congreso AECOC de Frutas y Hortalizas, que se están celebrando en Valencia los días 6 y 7 de junio ante un aforo lleno en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Valencia.
El analista recordó que durante muchos años la población ha tenido acceso fácil y barato a los productos agroalimentarios gracias a un sistema de producción muy eficiente y una distribución bien organizada.
La desconfianza hacia la globalización ha supuesto «la presencia de arena en un engranaje perfecto que hace ruido», expuso Pimentel como ejemplo gráfico.
La globalización
La globalización «no es perfecta y hasta llegar al equilibrio van a pasar entre 10-20 años, y mientras se consigue el equilibrio aparecerán desajustes», expresó el exministro de Trabajo.
Estos desajustes van a tener dos consecuencias: «el encarecimiento de los precios y los nuevos criterios de los jefes de compras de las cadenas, basados en buscar calidad, precio y garantía de suministro«, recordó Pimentel.
Y es que la garantía de suministro gana peso porque las normativas actuales de la Agenda 2030 son un problema para asegurar la producción agrícola.
Pimentel puso varios ejemplos que limitan la producción agrícola como el cierre del grifo del trasvase y fue muy clarificador cuando dijo que «abrir el trasvase es permitir que los precios de los productos sean más económicos y, si no hay trasvase, los precios serán más caros«.
Es en este escenario cuando Pimientel recordó que «el campo se vengará con la escasez de alimentos y la subida de precios».