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La sequía siembra en los agricultores la duda sobre si plantar hortalizas

Una de las localizaciones más afectada es la Cuenca del Guadalquivir, ahí se ha precedido considerablemente la siembra de muchos cultivos, entre los que destaca la reducción en el tomate.

La llegada de la sequía, con sus consiguientes pantanos vacíos y limitaciones de agua, ha provocado que los productores retrasen la plantación de algunos cultivos o, directamente, se planteen el «plantar o no plantar», una decisión en algunos casos reversibles pero que puede acabar con muchos cultivos.

Así lo ha explicado el responsable técnico de frutas y hortalizas de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Álvaro Areta, quien subraya que la dotación de agua condiciona la decisión de si plantar o no hortalizas.

El mes de abril está siendo «extraordinariamente seco», han señalado desde la Agencia de Meteorología (Aemet), para matizar que, hasta ahora, el abril más seco de la serie histórica es el de 1995, con 23 litros por metro cuadrado acumulados en todo el mes.

La Cuenca del Guadalquivir sufre

Una de las localizaciones que más afectada se está viendo por la falta de agua es la Cuenca del Guadalquivir, ahí se ha precedido considerablemente la siembra de muchos cultivos, entre los que destaca la reducción en el tomate.

El cultivo de esta hortaliza se ha quedado en «algo testimonial», a juicio de Areta, tanto que no se va a poder abastecer a las fábricas de la zona y algunas de ellas se van a quedar «de nuevo como el año pasado, bajo mínimo incluso cerradas«, apunta.

También se han visto condicionados por la falta de agua los cultivos de zanahoria, pimientos para industria brócoli y coliflor, y en la zona de Córdoba otros como el ajo y la cebolla.

Todo ello, cultivos en los que ya se había observado una reducción en las hectáreas de plantación y que ahora ese descenso alcanza entre un 20 % y un 30 % de superficie debido a la falta de dotación hídrica.

En otras zonas como Cataluña la situación es también crítica, con los embalses al 25,9 % de su capacidad, la mitad que en 2022, o en la Comunidad de Madrid, donde las restricciones de agua por la sequía han afectado directamente a la producción de melón de Villaconejos.

La mayoría de los productores madrileños de esta fruta «no sembrarán si no se garantiza un mínimo de agua para llevar a buen término las cosechas» advierte el presidente de AGIM-COAG y productor de melones, José Carlos Velasco.

Ya han trasladado a la Confederación Hidrográfica del Tajo la «delicada» situación que afrontan los productores de hortalizas, con cerca de 500 hectáreas de frutas y hortalizas afectadas que tampoco se podrán sembrar si no llueve durante las próximas semanas.

El agua y la calidad del producto

El uso del agua en los cultivos va más allá de la propia necesidad de la planta por crecer; por ejemplo, la patata necesita el agua de la lluvia para mantener su forma, ya que con la intermitencia del regadío o una persistente falta de agua se puede deformar.

Por ello, y bajo el miedo también de la aparición de plagas por la falta de agua, los productores se debaten durante estas semanas, y con la vista puesta en las próximas, en si plantar o no plantar las frutas y hortalizas.