Consumir limón contribuye a la formación normal de colágeno para el funcionamiento normal de la piel gracias a la vitamina C, señalan desde Ailimpo.
Ailimpo recuerda que estamos en un período particularmente agresivo para la piel, que sufre toda clase de dolencias a causa del frío.
Según los expertos consultados por Ailimpo, existen varios mecanismos por los que las bajas temperaturas afectan al órgano más grande del cuerpo (y el más expuesto a los elementos): por un lado, sus vasos sanguíneos se contraen para reducir la pérdida de calor; eso significa menos oxígeno, lo que a su vez provoca que se acumulen las células muertas.
Se reduce la secreción de las glándulas sebáceas, lo que causa la sequedad que a menudo se siente mientras dura el frío intenso.
«Entre las cosas que podemos hacer para disminuir su impacto, después de la hidratación, destaca mantener una dieta con el suficiente aporte de nutrientes, que permita a nuestra piel seguir cumpliendo su cometido incluso en condiciones extremas. Y ahí entra el limón, un cítrico que constituye una importante fuente de vitamina C», señalan desde Ailimpo.
Ailimpo recuerda que cada 100 gramos de este ingrediente unos 50 miligramos son de vitamina C.
Como recoge el Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre Ingestas Nutricionales de Referencia para la población española (2019), oscila entre 95 y 110 miligramos al día.
Esta cantidad sube a 105 mg para las embarazadas y a 155 mg para madres en lactancia.
Ailimpo recuerda que a partir de los 20 años, se podría consumir al menos entre dos y tres limones diarios para cubrir las necesidades de vitamina C del organismo.