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Ecológico

La UE empuja al ecológico con retos como el precio y entrar en los comedores

La alimentación ecológica saca músculo en Organic Food Iberia empujada desde Bruselas y el Plan de acción con el reto de lograr el 25 % de la producción bajo este sello en 2030, pero con desafíos en España como entrar en los comedores públicos y superar la barrera del precio.

España es una potencia europea en producción ecológica, sólo superada por Francia recientemente, pero el desarrollo de este sector no está siendo equilibrado en el conjunto del país y contrasta con los datos de demanda: los españoles gastan 50 euros al año en alimentación ecológica frente a los 84 de la media europea.

Así lo ha puesto de manifiesto en la inauguración de la jornada el consejero principal de la Dirección General a cargo del Plan de Acción para el desarrollo de la Agricultura Ecológica de la Comisión Europea, Diego Canga.

El experto ha situado la compra de productos ecológicos, para los comedores de los colegios, hospitales, cuarteles y todo tipo de restauración pública, como una de las soluciones para reducir la diferencia de precios y, sobre todo, para luchar contra la despoblación.

Según los estudios de la Comisión, está «demostrado» que el impulso de sector ecológico a través de las compras públicas anima el desarrollo de una industria paralela que genera empleo y ayuda a fijar población.

Mientras hay enclaves como París donde se está alcanzando el objetivo de hacer el 100 % de las compras públicas verdes y Copenhague ya lo ha conseguido, en España las diferentes administraciones se «pasan la pelota», ha lamentado.

Y se ha mostrado optimistas porque en Europa «las cosas se están haciendo globalmente bien» en los planes estratégicos de los países para la Política Agraria Común (PAC) y pese al complicado escenario internacional y la inflación, la Estrategia del Campo a la Mesa que respalda el desarrollo del ecológico «no está en peligro».

Canga ha puntualizado que en el marco de esta nueva PAC «se va a poner mucho dinero sobre la mesa» para el ecológico.

A su juicio, España tiene que trabajar para mejorar la disponibilidad de alimentos ecológicos en los supermercados y en la comunicación al consumidor, pues sólo el 45 % de los españoles reconoce el sello oficial de estas producciones frente al 61 % de los europeos.

También ha subrayado las dos velocidades de desarrollo del ecológico en España, con un «Norte Verde» al que le cuesta más transformarse y al que ha animado a hacerlo para entrar con el sello europeo en la Champions League.

Un millón de euros para promocionar la producción española

El secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda, ha inaugurado la Feria Organic Food Iberia para mostrar el impulso del Ministerio a este sector al que, por ejemplo, ha destinado un millón de euros en la campaña de producción Eco-lógicos.

En declaraciones a los periodistas, Miranda ha recordado que en España que es un sector que está creciendo y que en superficie supone el 9,7 %, con el objetivo de alcanzar el 25 % al final de la década.

Ha destacado estas producciones, que se impulsarán a través de la nueva PAC, por cumplir con los valores de sosteniblidad ambiental y también social y económica de los productores.

¿Lineales específicos o ecológicos integrados en el convencional?

También durante la jornada inaugural se ha desarrollado una mesa redonda organizada por la patronal de supermercados ACES en la que todos los eslabones de la cadena han aportado su punto de vista sobre la radiografía del ecológico.

Su presidente, Aurelio del Pino, ha destacado el esfuerzo de muchas cadenas por «democratizar» el consumo de alimentos ecológicos, incorporando surtido y estrategias comerciales especiales.

En la mesa, la directora del mercado BIO en Carrefour, Rocío Amatriain, ha distinguido dos tipos de clientes, los «fieles» que buscan estos alimentos porque los conocen, y los que llegan a los mismos atraídos por la calidad, quienes suponen «el gran reto».

Su estrategia pasa, ha explicado, por hacer más accesible estos alimentos con la integración de estos productos en los lineales convencionales en lugar de designarles espacios específicos, una medida que han implantado ya en frescos con el resultado de incrementos importantes de consumo.