Así se desprende del Índice de Precios al Consumo (IPC) difundido este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que confirma que la inflación general subió un 8,7 % interanual, cuatro décimas por encima de la registrada en abril, con una variación mensual del 0,8 %.
Según el INE, las parcelas con mayor repercusión positiva en la tasa mensual del IPC general de mayo han sido, además de los carburantes (+5,8 % respecto a abril) y las frutas, el pan y cereales; la leche, el queso y los huevos; la carne; el pescado y marisco y otros productos alimenticios.
En concreto, las categorías de alimentación y bebidas que más repuntaron en mayo respecto a abril fueron, además de las frutas frescas, la leche (+2,8 %), huevos (+2,6 %), productos lácteos (+2,4 %), azúcar (+2,4 %), cereales y derivados (+2,3 %) y pan (+2,1 %).
Esa subida mensual se situó en el 1,7 % para la patata y sus preparados, el pescado fresco y congelado y la categoría de «otras carnes», mientras el segmento de legumbres y hortalizas frescas fue el único que anotó una bajada mensual de precios (-8,6 %).
Por su parte, la inflación subyacente (una vez eliminados los alimentos frescos y la energía) ha aumentado cinco décimas en mayo, hasta el 4,9 %, la tasa más elevada desde octubre de 1995.
En términos anuales, los repuntes más significativos siguen correspondiendo a aceites y grasas (+44,7 %), huevos (+25,3 %), leche (+15,5 %), cereales y derivados (+16,3 %), carne de ave (+13,6 %), pan (+12,6 %), carne de vacuno (+12,3 %) y carne de ovino (+11,5 %).
Los productos alimenticios menos inflacionistas en el último año han sido el tabaco (+2,3 %), las frutas en conserva y frutos secos (+4,3 %), bebidas alcohólicas (+5,0 %), azúcar (+5,8 %), «otras carnes» (5,6 %), agua mineral, refrescos y zumos (+6,2 %) y la carne de porcino (+7,2 %).