Han subrayado que salvo que se modifique la Directiva europea y la Ley de Impuestos Especiales o del IVA, apenas hay opciones realistas para rebajar la fiscalidad de los combustibles, con la excepción de «aumentar la devolución del gasóleo bonificado empleado en agricultura y ganadería».
Para Gestha, el Gobierno debería «atacar la raíz de la dependencia energética española», por lo que le ha instado a aprobar «incentivos fiscales en el Impuesto sobre Sociedades y en el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) a la producción y uso de energías sustitutivas del gas y combustibles derivados del petróleo».
Concretamente, sugiere ampliar hasta finales de 2023 la deducción existente en el IRPF por obras de mejora de la eficiencia energética de viviendas.
Además, los técnicos de Hacienda también han defendido la aprobación de ayudas directas a los sectores agropecuarios más afectados por el aumento de costes derivado de la guerra en Ucrania, unas subvenciones que tendrían que estar «directamente vinculadas a compensar gastos extraordinarios e inversiones» dirigidos a comprar materias primas que anteriormente se adquirían a Rusia y Ucrania.
«No se puede bajar el IVA al gasóleo ni a las gasolinas porque estamos ‘armonizados’ con la Unión Europea, que nos exige aplicar el tipo general del IVA en los carburantes e incluso nos demanda que aumentemos la tributación de gasolinas y gasóleos a la media europea», ha argumentado el secretario general de Gestha, José María Mollinedo.