En concreto, Bruselas señaló al sulfoxaflor, un insecticida nocivo para algunas especies polinizadoras como, por ejemplo, las abejas, motivo por el cual la Comisión instó a los Estados a apoyar su propuesta comunitaria de eliminar esta sustancia en los cultivos exteriores, y limitar su aplicación a los invernaderos.
En este sentido, la representante del Ejecutivo comunitario en materia de Salud y Seguridad Alimentaria, la comisaria europea Stella Kyriakides, afirmó que «el uso del sulfloxaflor en exteriores puede ser perjudicial para los abejorros y las abejas», dos insectos claves para la reproducción de las especies florales.
«Es nuestra responsabilidad y de suma importancia proteger a nuestros polinizadores y la biodiversidad para las generaciones presentes y futuras. Espero que nuestros Estados miembros apoyen esta propuesta de limitar el uso del sulfloxaflor», sentenció.
Al mismo tiempo, la Comisión acogió positivamente el acuerdo alcanzado por los Veintisiete para ampliar el acceso a nuevos pesticidas biológicos para los agricultores europeos, con el objetivo de que vayan sustituyendo así a los productos químicos tradicionales.
Los países aprobaron normas para facilitar el uso de microorganismos naturales como, por ejemplo, bacterias, hongos, virus o protozoos, en calidad de pesticidas sostenibles.
«Los productos biológicos pueden proteger los cultivos con menos riesgos para la salud humana y el medio ambiente. Los sistemas alimentarios son los principales impulsores del cambio climático y la degradación del entorno, y necesitamos llevar a cabo esta transición con urgencia», manifestó Kyriakides.
La UE se ha comprometido a reducir a la mitad el uso de plaguicidas químicos de aquí al año 2030, aunque, de momento, esta transición está supeditada a la aprobación definitiva de una nueva normativa que regule este ámbito, y que la comisaria Kyriakides calculó que estaría disponible hacia noviembre de este 2022.
Según explicó la Comisión, esta reglamentación deberá estipular las propiedades de cada microorganismo que vaya a ser usado como pesticida natural y también deberá fijar los pasos para realizar una evaluación científica de estos productos, a fin de garantizar que su uso no acarrea ningún peligro para la salud humana.