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La industria de alimentación y bebidas resiste el impacto del COVID-19

La industria española de alimentación y bebidas acusa los efectos del COVID-19 y pone fin de esta manera a un ciclo de seis años de crecimiento continuado en parámetros como la producción, el peso del valor añadido o la creación de empleo.

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Así, se desprende del Informe Económico Anual de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), que recoge el comportamiento del sector durante el ejercicio 2020 y que ha sido presentado esta mañana en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Aun así, los datos sitúan a los alimentos y bebidas como el sector industrial que mejor ha soportado el envite de la pandemia, con una caída menor a la de la industria manufacturera y el conjunto de la economía.

Las empresas de alimentación y bebidas llevan años consolidando los cimientos de una industria robusta y estable. Este esfuerzo ha permitido que el sector resista mejor el fuerte impacto del COVID-19 y esté en condiciones, con el impulso y la colaboración público-privada, de liderar el cambio para la recuperación económica y social de España”, afirma el director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo.

A consecuencia de las medidas de contención para la expansión del coronavirus, la producción real del sector ha sumado 129.854 millones de euros y refleja un descenso del -5,3% con respecto a los resultados del ejercicio 2019. Sin embargo, esta caída se sitúa muy por debajo del descenso del conjunto de la economía española anotado en un -11%.

En línea con la producción, el Valor Añadido Bruto ha experimentado también un descenso hasta los 24.594€, es decir, un -8,37% inferior a los registros de 2019. La participación del VAB de los alimentos y bebidas sobre el total de la economía se ha mantenido en torno al 2,4% y en el 14,75% del total de la industria, lo cual subraya el carácter estratégico de los alimentos y bebidas.

El sector acusa especialmente los efectos de las restricciones sobre la hostelería y de la paralización de turismo. Este escenario ha impulsado las mayores pérdidas, especialmente en aquellos productos más vinculados a esta actividad, y que no han podido ser amortiguadas por el incremento de la demanda en el hogar o por la capacidad exportadora.

De hecho, el consumo en el hogar ha registrado un repunte del 16,15% y alcanzó los 71.319,9 millones de euros entre los meses de enero y noviembre, últimos datos disponibles. Las medidas de confinamiento han elevado el gasto medio per cápita realizado en el hogar cercano a los 1.610 euros, un comportamiento que representa un crecimiento del 19,0% con relación al mismo periodo del año previo.

Si tenemos en cuenta la cesta de productos que componen el IPC, la presencia de los alimentos y bebidas creció hasta representar el 20,34%, lo cual refleja el cambio en los hábitos de consumo generados por la pandemia.