Este método sirve para reducir el impacto que tiene la falta de agua en la seguridad alimentaria y nutricional, y el taller de este martes tiene como objetivo que Guatemala pueda aplicarlo para la protección de la población que vive en las comunidades más vulnerables a la sequía.
Esta herramienta utiliza información satelital y apoya los sistemas de información agroclimática de los países, detectando las áreas agrícolas que son propensas a la sequía, permitiendo impulsar políticas de prevención y protección en las comunidades de mayor vulnerabilidad.
Los datos registrados por el Sistema del Índice de Estrés Agrícola (ASIS por sus siglas en inglés) constataron una disminución de la lluvia en las áreas del Corredor Seco de Centro América, pero aunque la disminución registrada en 2018 no fue tan drástica como en 2015, la falta de agua continúa poniendo en riesgo cada año la seguridad alimentaria de alrededor de 2,2 millones de personas.
Hasta ahora, una de las grandes problemáticas de la sequía es la dificultad de prever el impacto que tendrá en una región específica y la FAO asegura que este método fortalecerá los sistemas nacionales de información agroclimática permitiendo conocer, con tiempo, los efectos de la variabilidad climática en la producción de granos básicos.
Su capacidad de recoger datos en tiempo real, cada 10 días, se pueden poner en práctica medidas de prevención para la protección de la población que vive en las áreas más vulnerables.
La herramienta analiza los datos satelitales registrados desde 1984 hasta la fecha para determinar cuáles son las áreas que pueden sufrir estrés hídrico y utiliza mapas de cobertura de la tierra, fechas de siembra, duración del ciclo del cultivo y los coeficientes de cultivo.
Los resultados que se obtienen son sintetizados en unidades administrativas y se presentan, de manera automatizada, en mapas de fácil interpretación.
Asimismo, la herramienta se puede complementar con pronósticos estacionales, previsiones sobre el fenómeno El Niño y estudios de vulnerabilidad socio económica de la población.
«El sistema fortalecerá las políticas de prevención, permitiendo tomar decisiones rápidas y oportunas ante los riesgos de la variabilidad climática, protegiendo a las comunidades más vulnerables del Corredor Seco de Guatemala», indicó el representante de la FAO en Guatemala, Diego Recalde.
La FAO impulsa este sistema en países como México, Nicaragua, Panamá, Perú, Bolivia, Filipinas, Vietnam o Pakistán