«A los supermercados físicos no les interesa la venta por Internet porque hasta ahora tienen un chollo. El cliente trabaja para ellos, se sirve a sí mismo y le dedica una hora a hacer la compra, mientras que para atender el pedido ‘online’ necesitan a un empleado. Para ellos es una faena, pero es lo que viene», argumenta Del Val en una entrevista con Efeagro.
«Hacer la compra es un tostón, porque aunque a mucha gente le guste ir y ver lo que compra, al final es una gran pérdida de tiempo y exige cargar con todas las bolsas», argumenta el responsable de Lola Market, quien considera que ganar la confianza del cliente es el mayor reto del sector.
Aunque no da cifras de facturación, Del Val asegura que este portal crece desde que naciera en marzo de 2015 a un ritmo de un 30 por ciento mensual, con una cesta media por acto de compra de unos 100 euros y un índice de repetición del 60 por ciento, es decir, que seis de cada diez consumidores que prueban su servicio vuelven a utilizarlo.
El modelo de esta empresa se basa en ofrecer al cliente la posibilidad de comprar productos de tres cadenas de supermercados diferentes (Mercadona, DIA y El Corte Inglés), seis mercados tradicionales y ocho comercios especializados.