Esta enfermedad produce manchas ovaladas de color blanco y levemente deprimidas en el haz y envés de las hojas cuando las condiciones ambientales son favorables.
Las manchas, según ha explicado a Efe la Consejería de Agricultura, pueden extenderse desde la zona inicial de afectación al resto de las hojas.
No es habitual encontrarse la enfermedad en estas fechas, ha asegurado el Servicio de Agricultura, aunque las condiciones ambientales tan cambiantes que se han dado, con mañanas con rocío y nieblas y temperaturas agradables al medio día, entre 15 y 20 grados, favorecen su presencia.
Una vez que el inóculo está en la parcela, ha advertido, se multiplican los daños que pueden ser considerables, por eso, recomiendan a los agricultores vigilar el cultivo.
Estas mismas fuentes han asegurado que la efectividad de los tratamientos químicos es variable y depende en gran medida del momento de la primera aplicación y de las condiciones climatológicas.
Los ataques graves, ha alertado, pueden acarrear pérdidas de producción importantes, ya que el desecamiento de las hojas reduce considerablemente el peso del bulbo.
Finalmente, han señalado que es recomendable tratar los cultivos y, sobre todo, una vez arrancado el cultivo, evitar que el hongo inverne en los restos de la cosecha o en otros cultivos, por lo que se recomienda su eliminación mediante el enterramiento o la quema.