Muchos agricultores han pensado en abandonar las cosechas en el campo o incluso en destruirlas porque no les compensa el gasto, según la Unió de Llauradors, que ha denunciado públicamente que las cotizaciones oficiales no reflejan la realidad actual en campo.
Según el Ministerio de Agricultura, en los últimos meses el precio de la patata se ha situado en 0,09 euros por kilo, y en 0,10 euros por kilo en el caso de la cebolla, aunque la Consejería de Agricultura eleva las cotizaciones hasta los 0,25 euros por kilo en la patata y los 0,20 euros por kilo en la cebolla.
En cuanto al precio de origen, para los agricultores las cotizaciones fluctúan de una campaña a otra, ya que las de la actual son bastante más bajas que la anterior y se sitúan con -184 por ciento en la patata y -73 por ciento en la cebolla según los precios del Ministerio.
En cambio, en destino, se mantienen estables a lo largo de las distintas campañas con un margen respecto al campo de más del 800 por ciento en los dos productos, lo que según la Unió de Llauradors corrobora que la gran distribución siempre repercute la fluctuación del mercado en el productor, sin que nadie controle sus márgenes.
Una de las causas de esta situación se debe a la sobreproducción de ambos productos tanto en las comunidades autónomas productoras como en otros países europeos, que ha inundado los mercados y por tanto lanzado a la baja los precios que se pagan a los agricultores.
Por este motivo se ha producido una saturación del mercado comunitario, ya que el crecimiento de cosechas se ha registrado en todos los países productores de la UE, como Italia, que ha doblado su producción de patatas, o Francia.
Fuentes de la Unió de Llauradors consideran que se deben buscar "medidas eficaces ante situaciones como las de las patatas y cebollas", porque aseguran que la nueva Política Agrícola Común (PAC) "no las contempla".