Reino Unido controles postbrexit
Logística

UE limita la validación de los nuevos conductores británicos

La situación de desabastecimiento vivida en el Reino Unido los últimos meses ha puesto de relieve el creciente problema de escasez de conductores profesionales que se produce en todos los países europeos.

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Con mayor o menor intensidad y que previsiblemente se agravará en los próximos años si no se adoptan medidas de choque que palíen la falta de relevo e incorporación de nuevos profesionales al sector.

Así, en el caso de España, según diferentes estudios el porcentaje de empresas del sector del transporte que están experimentando dificultades para cubrir sus puestos vacantes se situaría en más del 20%, estimándose en más de 10.000 las ofertas de empleo que quedarían vacantes por la falta de candidatos disponibles, siendo varias las razones que motivan dicha anomalía, como el elevado coste económico que supone acceder a dicha profesión, la dureza del ejercicio de la actividad y las condiciones laborales ofrecidas, lo que hacen que esta profesión no resulte atractiva.

Sin embargo, FENADISMER considera que, hasta la fecha, ni desde el ámbito público ni el privado se está llevando a cabo iniciativas para paliar esta situación, pese al alto nivel de desempleo existente en nuestro país, en torno al 20%, salvo el compromiso del Ministerio de Transportes recogido en los acuerdos suscritos con las organizaciones del sector el pasado mes de Diciembre de abordar esta cuestión a través de un Grupo de Trabajo sectorial con el objetivo de plantear una propuestas de posibles medidas a implantar.

La situación más agravada se vive en el Reino Unido, agravada tras el Brexit y el consiguiente cierre de fronteras a la entrada de trabajadores extranjeros a dicho país, cuya falta de conductores profesionales está afectando muy gravemente a la actividad comercial. De hecho, según una reciente encuesta realizada por la empresa de estudios de mercado YouGov, un 56% de los británicos han sufrido personalmente la escasez de algunos productos de primera necesidad en las últimas semanas, frente a tan sólo el 7% en el caso de los españoles.