La cantidad importada de mandarinas alcanzaba un volumen medio de 25 toneladas. Los últimos datos ofrecidos señalan que el propietario ofreció a las autoridades de inspección un certificado falso del país productor de estas mandarinas.
Ante esta situación, las autoridades rusas impidieron la entrada de la mercancía y el cargamento de mandarina fue enviado de nuevo a su país de procedencia, China. La empresa encargada de importar dichas mandarinas ha sido demandada por las autoridades rusas por causas de negligencia fitosanitaria.