"Los productos agrícolas son lo más sensible en ambos lados del Atlántico", dijo esta fuente, que solicitó el anonimato.
Uno de los puntos clave es el sistema de protección de las indicaciones geográficas.
EE.UU. ve adecuado su mecanismo y se resiste a asumir las demandas que la UE le está planteando en este ámbito.
"Es un poco un mito, especialmente en Europa, que Estados Unidos no protege las indicaciones geográficas. Lo hacemos", defendió la fuente.
Según Washington, la UE busca que EE.UU. asuma "algunos aspectos" de su sistema, con el que se protegen multitud de productos tradicionales asociados a zonas concretas como vinos o quesos, algo a lo que se resiste.
"En muchas áreas creemos que nuestro sistema de protección de indicaciones geográficas es superior al de la UE", defendió.
EE.UU. cuestiona las aspiraciones de Bruselas en este ámbito, sobre todo cuando a las empresas europeas que venden sus productos protegidos en el mercado estadounidense les va "extraordinariamente bien".
"¿Cuál es el verdadero problema que necesita resolverse?", se preguntó la fuente, que apuntó que muchos productos como embutidos y quesos de alta calidad procedentes de países como Francia y España multiplican sus ventas en EE.UU. cada año.
Según dijeron fuentes europeas la semana pasada, la de las indicaciones geográficas es "una de las prioridades de la UE" y "uno de los asuntos más difíciles" en la negociación del TTIP.
El apartado agrícola incluye también otros aspectos como el levantamiento de tarifas a las importaciones y la posible convergencia de las normas de seguridad alimentaria.
EE.UU. considera que hoy por hoy ambos asuntos benefician al comercio europeo, que cada vez exporta más al otro lado del Atlántico, mientras que las ventas estadounidenses allí se han estancado o se reducen.
Las exportaciones agrícolas de Estados Unidos hacia la UE llegaron en 2015 hasta los 13.000 millones de dólares, mientras que las europeas hacia ese país fueron de 25.000 millones de dólares, según fuentes estadounidenses.
"No estamos forzando a nadie a comer algo que no quieran", defendió hoy la fuente estadounidense citada anteriormente, que subrayó que cualquier medida que restrinja las importaciones de un producto debe estar basada en "análisis científicos".
EE.UU. y la UE, que acabarán hoy la decimotercera ronda de negociaciones del TTIP, se han fijado el objetivo de cerrar el acuerdo antes de final de año.