De "éxito rotundo" ha calificado el consejero la Feria, y ha felicitado al Ayuntamiento "por mantener, relanzar y mejorar esta feria, con esta viveza y lo que tiene de defensa de las costumbres, la artesanía y la cultura tradicional".
El consejero ha recordado el vital peso específico de la actividad agroindustrial de la provincia de León, que "supone un 9 por ciento del Producto Interior Bruto" de la economía y genera "13.500 empleos directos de 500 empresas y con 16 marcas de garantía".
Por su parte, el alcalde de Villarejo de Órbigo, Joaquín Llamas, tuvo palabras para los empresarios locales que además de participar crearon esta feria en la década de los cincuenta, así como para los trabajadores municipales que "han trabajado día y noche" para poner en valor el municipio y todo lo que produce.
En este sentido, una reclamación de Llamas planteada a la Junta el año pasado, la glorieta en el actual y conflictivo cruce de carreteras de acceso a Veguellina y Villarejo, fue comprometida por Suárez-Quiñones, que avanzó que "se está terminando el proyecto para lanzarlo en septiembre y que a fin de año esté listo".
La venta de ajos en los puestos centrales y uniformes fue muy animada hasta última hora de la jornada, pero no menor en los muchos de artesanía o el resto.
Especialmente llamaron la atención dos presencias novedosas: la de la mascota de la Feria del Ajo, que bajo el nombre de ‘Ajolín’ hizo las delicias de los niños y la música de la Charanga Pachanga.
En cuanto al tradicional concurso de ristras de ajo, el primero premio de ajo morado recayó en Javier Escudero, y el segundo en Tomás Carracedo, mientras que la mejor ristra de ajo blanco fue para Antonio Escudero y el segundo para Arturo Escobar.
Y en una nueva categoría de cestas de ajo, Alfonsa Herrero se llevó los dos premios por sus montajes.