La organización ha enviado unas alegaciones a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para advertirle de que esos incrementos en las tarifas podrían amenazar la supervivencia de los agricultores de regadío.
Fenacore ha criticado, en un comunicado difundido este lunes, que las nuevas tarifas no tienen en cuenta las horas de mayor demanda de energía para que coincidan con los periodos tarifarios más caros y que la nueva normativa reduce las horas más baratas en favor de las más caras.
A su juicio, esos cambios frenarán la modernización de las 900.000 hectáreas pendientes y dificultarán el cumplimiento con los compromisos del Gobierno en medio ambiente.
Fenacore ha pedido prorrogar, más allá del estado de alarma, la posibilidad de firmar dos contratos eléctricos al año para reducir los costes fijos o regulados, que representan más del 60 % de la factura eléctrica para los agricultores.
Desde 2008, según sus cálculos, el recibo eléctrico ha subido más del 100 % debido sobre todo a los costes fijos, pese al ahorro de más de 54 millones de euros para el regadío logrado por la exención del 85 % del impuesto especial eléctrico y la reducción de módulos para el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) de los agricultores regantes.