Los altos precios de la energía continúan causando problemas a los agricultores en Alemania y tienen un gran impacto en el cultivo alemán de frutas y hortalizas.
El presidente de la asociación alemana de productores DBV, Joachim Rukwied, señala que «demasiados invernaderos permanecen vacíos por los desorbitantes costes de la energía y no hay un planteamiento claro de llevar a cabo plantación alguna aún».
Lo mismo ocurre con la producción alemana de espárragos, ya que el salario mínimo de 12 euros por hora «pone en peligro cultivos al aire libre», desvela Rukwied.
De hecho, «los supermercados recurren cada vez más productos del extranjero por ser más accesibles y competitivos», señala el presidente de los productores germanos.
Rukwied pone el ejemplo de como los espárragos italianos se ofrecían a un precio medio de tres euros, mientras que los alemanes se disparaban a los 12 euros.
El escenario también ocurre con la fresa, aunque el diferencial no es tan amplio. La fresa alemana se obtuvo el año pasado en los lineales a una media de 7,6 euros por kilogramo, frente a los seis euros de la fresa importada.
El colectivo DBV recuerda que existe un peligro real de que la oferta alemana de espárragos y fresas «desaparezca de Alemania».
Alemania produjo en 2022 unas 113.100 toneladas de espárragos y 96.047 toneladas de fresas camperas. Las importaciones fueron de 129.595 toneladas de fresas y 27.130 toneladas de espárragos.