Esta organización presentó un estudio realizado en tres países, Francia, Alemania y Holanda, que consistió en el análisis de más de un centenar de productos europeos, en el que se reveló que muchos son cancerígenos y susceptibles también de provocar perturbaciones en el sistema endocrino y alteraciones genéticas.
Los resultados sitúan a Francia como el país más perjudicado, con seis productos que albergan un 60 por ciento de aceites minerales de la categoría más peligrosa, según la ONG.
Para la directora de información de Foodwatch Francia, Ingrid Kragl, "los hidrocarburos que contienen estos paquetes son potencialmente cancerígenos y los responsables de la industria agroalimentaria y las autoridades cierran los ojos ante el problema".
Kragl explicó a los medios que el 43 por ciento de los productos analizados en los tres países han resultado estar contaminados por hidrocarburos aromáticos derivados de aceites minerales (MOAH), que son sustancias tóxicas mutágenas cancerígenas.
El estudio ha dado a conocer también la gran existencia de hidrocarburos saturados (MOSH), muy perjudiciales para los humanos y que han sido encontrados en el 83 por ciento de los productos estudiados.
El proceso de contaminación, según explicó el presidente de la Red de la Salud Medioambiental, André Cicolella, -presente también en la rueda de prensa-, puede darse en todas las fases: cadena de producción, empaquetado, almacenaje y transporte.
Cicolella, toxicólogo experto en la evaluación de riesgos sanitarios, pidió a las autoridades que actúen ante este grave problema mediante una regulación seria, ya que "se está viviendo una situación de crisis sanitaria".
La asociación Foodwatch ya alertó de estos riesgos en un artículo publicado en 2011 en una revista francesa, lo que llevó el caso a la Asamblea Nacional, pero "los ministerios de Sanidad, Agricultura y Economía se echaron la culpa unos a otros sin solucionar nada", lamentó Kragl.
Foodwatch ve necesario que las autoridades, los productores, los fabricantes y la industria agroalimentaria se unan para acordar medidas que eliminen el problema.
Añadir un embalaje extra entre los alimentos y el cartón, que aisle a la comida de las sustancias tóxicas, es una posible solución recomendada por la asociación, o que directamente se elaboren los materiales de empaquetado de manera eficaz y segura.
Foodwatch animó a los consumidores a firmar en su página web la petición que llama a las autoridades competentes a poner fin al problema.