Según Aranda, aunque la compañía está presente en casi todos los países de la UE, en Europa aún tienen claras oportunidades de crecimiento. Concretamente sólo en España este año se abrirán un total de 40 nuevas tiendas con una inversión de 350 millones de euros (casi 100 millones más que en 2015), lo que permitirá cerrar el ejercicio con 539 establecimientos en nuestro país.
El director general de Lidl ha destacado que, en España, aún tienen importantes oportunidades de crecimiento y que la compañía es una muy buena plataforma para la internacionalización de las empresas españolas. En ese sentido ha recordado que este año han invertido 3.000 millones de euros en la compra de productos españoles, la mitad de los cuales tenían como destino la exportación.
Michael Aranda ha compartido con los asistentes al Congreso AECOC 2016 algunas de las claves del reposicionamiento de la enseña desde el hard discount tradicional hacia el smart discount de mayor valor añadido que predica en la actualidad.
Este giro de la compañía se basa fundamentalmente, y en palabras del propio Aranda, en “mejorar nuestra sencilla y funcional experiencia de compra, quizá poco emocional, para adaptarla mejor a las expectativas del consumidor. Y todo ello sin dejar de ser baratos”, recalcó.
El precio continúa siendo clave en el posicionamiento de Lidl. “Cada retailer debe tener claro cuál es su esencia y cuidarla. Y la nuestra es ser los más baratos”, recordó Michel Aranda.
“Cada decisión está condicionada por este dogma. Puede sonar poco romántico o glamouroso, pero es una aspiración lícita que ha permitido a un pequeño retailer alemán convertirse en el líder de la distribución en Europa”.
Hacia el ‘smart shopping’ Michel Aranda reconoció que este tránsito del hard discount al smart shopping –“en el que el consumidor sabe lo que quiere y lo que está dispuesto a pagar por ello”– supone un peligro para mantener su esencia pero es también un reto para la compañía: “Ser el más barato no garantiza el éxito ni que un modelo de negocio vaya a sostenerse en el tiempo eternamente”, admitió.
Aranda abogó por la sencillez, la eficiencia y la eficacia como 3 valores fundamentales para alcanzar tal objetivo, al tiempo que puso el acento en “trabajar de manera responsable”. Como muestra de ello, enumeró el compromiso de la compañía por elevar el salario mínimo de sus empleados hasta los 8,5 euros/hora, la eliminación de las grasas trans de todo su surtido, la instalación de placas fotovoltaicas en los tejados de sus tiendas o el aprovisionamiento 100 por ciento origen español de toda la leche que venden en las tiendas.
Para finalizar, Michel Aranda quiso recordar que “el 70% de los productos que se venden en Lidl en nuestro país son españoles” gracias a la fuerza de la industria agroalimentaria de nuestro país, “todo un referente a nivel global”, tal y como señaló el propio Aranda, que en tono divertido recordó que “a los españoles puede gustarles conducir un coche alemán, pero la gastronomía alemana nunca conquistará al consumidor español”.