Según ha informado la Unió en un comunicado, las reivindicaciones se han producido durante el encuentro ‘Las abejas son la solución’ celebrado en la Universidad Politécnica de Valencia, un acto al que han asistido tanto apicultores como citricultores valencianos y que ha estado inaugurado por la consellera de Agricultura Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián.
La Unió asegura que el enfrentamiento entre apicultores y citricultores valencianos "se ha sostenido en el tiempo durante las dos últimas décadas, mientras que el responsable apícola de la Unió, Carlos Muñoz Wilde, ha denunciado que la superficie de cítricos híbridos que contaminan de semillas por efecto de la polinización de las abejas "ha pasado a representar solo un 9 por ciento en 1992 al 23 por ciento del área dedicada a las mandarinas".
"El decreto de la conocido como ‘pinyolà’ se presentó como una solución temporal que se ha prolongado durante 22 años y ha hundido a los apicultores dedicados a la miel de azahar y sólo ha servido para facilitar la expansión de las variedades que más dificultan la convivencia", ha sostenido Muñoz Wilde.
Por su parte, el director de Innovación de Eurosemillas, ha calificado a este tipo de cítricos sin semillas como "el mejor aliado de las abejas", ya que "a medio y largo plazo la solución está en la mejora genética" y "la obtención de nuevas variedades que permitan ahorrar en tratamientos fitosanitarios e infraestructuras" sin que bajen "la calidad ni la productividad".
Del lado de la distribución, el responsable de la cadena Agroalimentaria de Asedas, Felipe Medina, ha confirmado que la condición de las mandarinas sin semillas es "crucial" porque "los consumidores rechazan las variedades con semillas" y las cadenas de distribución "imponen en sus registros de calidad propios tal cosa".
En cuanto a la calidad de la miel y de los cítricos, Medina ha destacado las "serias dificultades" de "reconocimiento e identificación" que tiene el consumidor con los registros de denominaciones de origen.
La jornada ha contado también con la participación de Luis Ferreirim, responsable de Agricultura de Greenpeace, quien ha desglosado los datos referidos a la Comunitat del informe ‘Alimentos bajo Amenaza’, que cifra en 114 millones de euros el valor de los productos agrarios que dependen de los insectos polinizadores.
Ferreirim ha alertado sobre la "preocupante" evolución del ‘Síndrome de Despoblamiento de las Colmenas’, cuyo origen ha atribuido al uso de insecticidas que han sido en diversas ocasiones cuestionados por su afección a las abejas.
