La producción de fresas en Europa ha caído un 13 % en la última década, según ha afirmado esta semana Philippe Binard, delegado general de Freshfel Europe, en la Conferencia Internacional de la Fresa (ISC) 2025 celebrada en Amberes.
En su discurso, Binard apuntó que, si bien el de esta fruta es un mercado de alto valor -en torno a 2.700 millones de euros-, tanto su producción como su superficie de cultivo -que hoy es de 74.000 hectáreas- se han reducido en los últimos 10 años.
España, Países Bajos y Bélgica se mantienen como los principales productores europeos, si bien otros orígenes como Grecia y Polonia cobran protagonismo.
“El sector europeo de la fresa está demostrando resiliencia y adaptándose permanentemente de manera proactiva para cumplir con los estrictos estándares de sostenibilidad, seguridad y cumplimiento de la UE”, afirmó Birnard e insistió en que, más allá de su valor económico, “las fresas tienen mucho que ofrecer”.
Las fresas europeas se quedan, sobre todo, en el continente y, de hecho, según los datos ofrecidos por Binard, en torno al 60 % de la producción europea – que asciende a 1,2 millones de toneladas- se queda en los estados miembros.