Nacional

La nueva propuesta de la OCM decepciona a los países de la UE

Un grupo numeroso de países de la UE, entre ellos Francia y España, mostraron su «decepción» por las últimas propuestas presentadas a los socios de la Organización Mundial del Comercio (OCM) para aumentar la apertura de mercados agrícolas e industriales y facilitar el cierre de la Ronda de Doha.

Las nuevas propuestas provocaron reacciones de «preocupación» e «inquietud» entre varios países comunitarios, en una reunión formado por expertos en Comercio de los Veintisiete.

Francia, España, Italia, Grecia, Hungría, Polonia e Irlanda fueron los países que acogieron con posturas más negativas los proyectos remitidos a los socios de la OMC, especialmente porque para la UE supone dar mucho en agricultura, en productos como los mediterráneos, y recibir poco en otros sectores.

Señalaron que incluso entre los países más optimistas existe la impresión de que hay aspectos de la negociación que no se han incluido en las nuevas propuestas.

Representantes de la Comisión Europea (CE) explicaron a los Veintisiete el contenido de los textos, que esta semana dieron a conocer el presidente del comité de la OMC para la negociación agrícola, el neozelandés Crawford Falconer, y su homólogo en productos industriales, el canadiense Don Stephenson.

La semana próxima, en Ginebra, los miembros de la OCm se posicionarán sobre las propuestas, con las que se pretende desbloquear la Ronda de Doha, que comenzó en 2001 con el objetivo de profundizar en la liberalización del comercio mundial y en beneficio de los países en desarrollo.

En general, la CE considera que las propuestas son una buena base de trabajo, aunque no se han incluido aspectos importantes de la negociación, si bien, al igual que muchos países de la Unión, muestran «prudencia» hasta ver cómo se posicionan otros socios.

Entre los Veintisiete, hay un grupo más optimista, formado por el Reino Unido, Holanda, Dinamarca o Suecia, que opina que debe haber alguna cesión, porque se trata de una Ronda que tiene que beneficiar a los países en desarrollo.

El texto de Falconer propone que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) recorten la cuantía máxima con la que cada año pueden ayudar a sus respectivos sectores agrícolas entre un 66-73 por ciento en el primer caso y entre uno 75-85 por ciento en el segundo.

Los representantes de la CE señalaron que una reducción del 85 por ciento para la UE sería reformar las ayudas más allá de lo que ha hecho hasta ahora, incluidos los últimos cambios en el sector de frutas y hortalizas.

Por otro lado, el texto de Falconer es insatisfactorio para la UE en lo que se refiere a los productos sensibles, es decir aquellos que deben protegerse más frente a la apertura de mercados y al recorte de aranceles.