En el caso de limón fino/primofiori se espera una caída del 17 por ciento, hasta 664.400 toneladas, mientras que para limón verna, el descenso será del 38 por ciento, hasta 186.000 toneladas.
Ailimpo apunta que al igual que en las campañas anteriores, se prevé que la producción de limón sea absorbida por el mercado fresco (exterior e interior) y por la industria de transformación en zumo y aceite esencial, con lo que se mantendrá el "adecuado equilibrio entre oferta y demanda de ambos mercados".
La Interprofesional considera clave "evitar la especulación en el campo y mercado" para dar "estabilidad y normalidad al desarrollo de la campaña".
Por ello confía en que la campaña de limón se desarrolle de forma progresiva a partir de finales de septiembre.
Vendrá condicionada, añade, por la finalización más tardía este año de la temporada del hemisferio sur (Argentina, Uruguay y Sudáfrica) por lo que se prevé que el cambio de origen en el mercado europeo se producirá a finales de septiembre o primera semana de octubre; además, "será necesario competir con el limón de Turquía".