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Certificación orgánica de la banana, éxito del programa BAM en R.Dominicana

República Dominicana ocupa el primer lugar en el mundo en la producción de banana orgánica, con volúmenes que oscilan entre 280 mil y 300 mil toneladas vendidas en los mercados internacionales entre 2015 y 2017, lo que representa alrededor del 60% del volumen total.

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El éxito de las certificaciones orgánica y de comercio justo son los mayores logros del programa de Medidas de Acompañamiento del sector de la Banana (programa BAM en sus siglas en inglés) en República Dominicana, según el informe elaborado por Incatema Consulting & Engineering y su socio Agrer, que han desarrollado el mismo durante los últimos 7 años.

El informe documenta el éxito del programa financiado por la Unión Europea e implantado en diez países de África y Caribe, para fomentar la sostenibilidad de la producción de bananas, uno de los sectores principales en estos países.

“El apoyo del programa BAM en la República Dominicana es un claro caso de éxito gracias a una sabia combinación de mecanismos e instrumentos de ayuda, la implicación del sector privado, las instituciones de investigación y las agencias internacionales. Con un enfoque en unas muy bien definidas áreas de resultados, la dinámica participación de las asociaciones bananeras, y un eficiente sistema de información georreferenciada, el programa ha tenido un notable impacto realizado a todos los niveles, a pesar de los adversos eventos climáticos durante dos años consecutivos que afectaron a la productividad global”, señala Ana Romero, directora de proyectos de consultoría de Incatema Consulting & Enginering.

Algunos logros son realmente sobresalientes como el éxito de las certificaciones orgánica y de comercio justo. “Dado que el 80% de los productores del sector bananero son pequeños productores, se puede concluir que el fortalecimiento de las asociaciones bananeras no sólo ha sido una estrategia exitosa y eficiente, sino que también ha sido inclusiva para los pequeños productores, para quienes hubiera sido difícil lograr individualmente las certificaciones requeridas”, afirma Romero.

Como resultado, la República Dominicana ocupa el primer lugar en el mundo en la producción de banana orgánica, con volúmenes que oscilan entre 280 mil y 300 mil toneladas vendidas en los mercados internacionales en el período comprendido entre 2015 y 2017, lo que representa alrededor del 60% del volumen total.

Dentro del programa BAM se han desarrollado e implementado cursos de formación específicos que beneficiaron a unos 8.000 productores. Este programa de formación comprendía temas como la producción agrícola, la gestión medioambiental de las explotaciones, los Planes de Desarrollo Agrícola (PDA), incluido el apoyo técnico para facilitar la concesión de préstamos de ADEMI a los productores de bananos.  Se recopiló también información relevante para crear un sistema SIG muy eficaz.

Otras instituciones también desempeñaron un papel importante en el desarrollo de las capacidades de los productores y las asociaciones de productores. El ISA, el CODESPA, el OIRSA y las asociaciones Adobanano y Banelino han declarado que seguirán participando en el fortalecimiento del sector del plátano y que continuarán aplicando los conocimientos técnicos generados por el programa, contribuyendo así a la apropiación y sostenibilidad de los resultados.

Las actividades de fortalecimiento institucional y de formación han desempeñado un papel fundamental para el fortalecimiento del sector, con algunos logros importantes:

  • Mejora de las capacidades de gestión y administración. Tanto CODESPA como la JAD (Junta Agroempresarial Dominicana) han contribuido a este fortalecimiento;
  • Reducción del rechazo de bananas en la estación de empaquetado gracias a las técnicas de manipulación y a las mejoras en la organización de las asociaciones de productores;
  • Economías de escala en todo el ciclo de producción, incluida la comercialización
  • Facilidades para que los pequeños productores, a través de las 14 asociaciones, aumenten las exportaciones y desarrollen los mercados internacionales, principalmente en Estados Unidos y la Unión Europea.

Tecnología SIG para luchar contra los efectos del cambio climático

El programa BAM ha establecido también un sistema de alerta climática, el SATEM (Sistema de Alerta Temprana), para proporcionar información climática a los agricultores locales, ofreciéndoles alertas de aviso anticipadas de 72 horas en caso de lluvias intensas, inundaciones, tormentas o huracanes. El sistema funciona sobre una aplicación para teléfonos inteligentes accesible al público en general, que combina las previsiones meteorológicas internacionales con la información local obtenida de las estaciones meteorológicas locales.