"Las políticas públicas dirigidas a fomentar el desarrollo de este sector tienen que ser coherentes a largo plazo y coherentes a lo largo de la cadena, también cuando las compañías ponen sus productos en el mercado", ha manifestado a Efe Arocena.
En este sentido, ha apuntado que "no puede ser que invirtamos mucho dinero en compañías ‘startups’ para que cuando estén en el mercado con productos y servicios la administración penalice, en algunos momentos, la compra de esos productos innovadores".
Arocena, quien ha recordado que el sector tiene largos plazos de maduración y necesidades de inversión muy largas, ha afirmado que éste "es muy dado" a la colaboración público-privada, por eso "estamos siempre a disposición para trabajar conjuntamente con el Gobierno y fomentar el desarrollo de la biotecnología española".
"Ahora que las cosas empiezan a mejorar -económicamente-, debemos decidir si esto es una prioridad".
A su juicio, en España hay "una muy buena academia: generamos muy buen conocimiento científico, tanto en cantidad como en calidad", pero donde "tenemos que seguir esforzándonos y perseverando es en dar el salto desde la generación del conocimiento a ser capaces de desarrollarlo y transformarlo en productos y servicios, que lleguen al tejido económico y beneficien luego al conjunto de la sociedad".
Esto último supone un proceso lento, costoso y complicado en sí mismo y requiere talento, recursos financieros y constancia, ha dicho, y en cuanto a si es difícil montar una empresa en España ha opinado que sigue teniendo sus complicaciones a nivel normativo, de regulación y políticas públicas: "tenemos mucho que aprender".
En cuanto a si se patenta suficiente en España, el director general de Asebio ha resumido que "ahora lo que tenemos que hacer sobre todo es patentar mejor", dando continuidad al producto.
Asebio ha sido, junto a la Agencia Vasca de Desarrollo Empresarial, organizadora de la octava edición del Encuentro Internacional de Biotecnología (Biospain 2016) que durante tres días se ha celebrado en Barakaldo con 1.500 delegados de 28 países, entre ellos científicos, empresas e inversores (contó con la presencia de 45 fondos de inversión nacionales e internacionales).