Cada familia italiana desperdicia una media de 145 kilos de alimentos por año con un coste que alcanza los 360 euros, destaca Andrea Segrè, fundador de Last Minute Market. Según los últimos estudios, el 22 por ciento de los ciudadanos pone en práctica comportamientos respetuosos con el medio ambiente, según información del Observatorio Waste Watcher.
Para evitar este desperdicio alimentario, se están poniendo en marcha diversos estudios con el objetivo de alargar la vida de frutas y hortalizas.
Es el caso de un nuevo packaging que está estudiando la Universidad de Bolonia en colaboración con el Consorcio Bestack, en el cual se incorpora una solución concentrada de aceites naturales con el que se pretende evitar el deterioro de frutas y hortalizas antes de que el producto sea envasado, haciendo activo el propio envase en sí. El proyecto, que comenzó hace cinco años, está listo para ser lanzado al mercado.