El trabajo, titulado “Aplicación de recubrimientos comestibles sobre la calidad en poscosecha en mango”, se basó en el desarrollo de una mezcla de soluciones de almidón de yuca y pectina cítrica, en la cual los investigadores sumergieron los frutos durante dos minutos, para luego ser almacenados a una temperatura de 11 grados centígrados, con una humedad relativa de un 80 por ciento, informó la Agencia de Noticias UN.
Según Estrada, dichos recubrimientos crean una barrera semipermeable en la superficie del producto, aumentando la concentración de dióxido de carbono y reduciendo la de oxígeno. Así, es posible conservar el color, la textura y el peso del fruto por más tiempo, en comparación al periodo normal de maduración, que es entre el sexto y décimo día.
En la publicación, Estrada aclaró que eligió el mango debido a que es una de las principales frutas tropicales del país y es el segundo sabor –superado por la mora- con mayor aceptación en bebidas a base de frutas, publica Portalfruticola.De esta manera, los experimentos se realizaron en 108 mangos con pesos de entre 161 y 200 gramos, procedentes del municipio de Santa Bárbara, Antioquia, los cuales fueron seleccionados de acuerdo con la norma técnica colombiana que los clasifica según el color y teniendo en cuenta la apariencia externa del fruto.
Posteriormente, los mangos se dividieron en tres grupos: a los dos primeros se les aplicaron los recubrimientos y el tercero fue utilizado como control. De este modo, los primeros grupos se lavaron, higienizaron y escurrierron. Después se les aplicó el recubrimiento, se dejaron secar y se almacenaron.
Parámetros
Cabe señalar que los parámetros evaluados hasta el día 12 de almacenamiento incluyeron mediciones cada tres días de factores como firmeza, pérdida fisiológica de peso, porcentaje de acidez y cambios de color.
A raíz de lo anterior, los investigadores encontraron que los recubrimientos fueron efectivos ya que inhibieron la pérdida de peso -con respecto al grupo control- con un nivel de confianza del 95 por ciento. Y es que dicha pérdida fue sólo del 12 por ciento, en comparación al 16 por ciento alcanzado en los frutos sin el recubrimiento.
De mismo modo, determinaron que el recubrimiento con pectina cítrica disminuyó el índice de pardeamiento del mango y que las dos sustancias [almidón de yuca y pectina cítrica] permitieron una menor pérdida de firmeza en los frutos (58 por ciento), en comparación con el estado inicial, así como de calidad sensorial.
“Si nosotros logramos prolongar la vida útil de estos mangos unos cinco días más, que es lo que vamos a continuar explorando, sería muy beneficioso para la industria frutícola, puesto que se está reduciendo un 4 por ciento la pérdida de peso frente a los frutos sin protección, que significaría salvar 4 gramos por cada 100 de fruta”, indicó el profesor Carlos Julio Márquez, miembro de la investigación.