El autor de la tesis, Javier Maté, ha explicado que esta innovadora combinación de tratamientos logra alimentos menos procesados y más próximos en cuanto a su sabor a las materias primas de las que provienen, "con lo que aumenta el grado de aceptación por parte del consumidor".
Al reducirse la duración del tratamiento térmico se reducen los costes energéticos, se aumenta la producción y mejora la calidad nutricional del producto, han añadido los directores de la investigación, Alfredo Palop Gómez y Paula M. Periago Bayonas, del departamento de Ingeniería de Alimentos y Equipamiento Agrícola de la UPCT.
Los investigadores han conseguido, mediante la adición de nanoemulsiones de aceites esenciales a los alimentos, evitar en gran medida los inconvenientes que tiene la industria alimentaria para su uso.
Maté ha detallado que, al aumentar la solubilidad de los aceites esenciales y mejorar su estabilidad, se logra una mayor accesibilidad de éstos a los microorganismos presentes en los alimentos, al tiempo que a las bajas dosis a las que trabajan "no afectan ni al sabor ni al olor del producto", ha reseñado.
Los ensayos de la tesis, financiados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y los fondos FEDER, se han centrado en un componente mayoritario del aceite esencial de cítricos, el D-limoneno, que se ha aplicado en alimentos como leche, zumos, cremas de verduras y caldo de pollo, aunque el tratamiento se podría aplicar a otros alimentos líquidos y a sólidos.
El nuevo doctor ha asegurado que es sencillo transferir este proceso a la industria alimentaria, concretando que se está aplicando parte de estos conocimientos en el departamento de I+D de una empresa afincada en la Región merced a una beca de investigación.