En términos generales, el estudio muestra una ingesta «insuficiente» de fibra entre la población española, señala la profesora Rosa María Ortega, directora del grupo de investigación Valornut y catedrática de nutrición de la Universidad Complutense de Madrid. La investigación constata también que tanto la comida como la cena fueron los momentos del día donde se concentra una mayor proporción de la ingesta (75,8 por ciento); casi la mitad del consumo procede de la comida (47,4 por ciento).
Destaca el hecho de que solo un 13 por ciento del consumo de fibra se realiza en el desayuno a pesar de que debería incluir grupos de alimentos como cereales y frutas. Además, el patrón de ingesta de fibra de las diferentes comidas varía según el sexo: las mujeres la consumen más en el desayuno y la merienda y los hombres en la cena.
También se podría explicar teniendo en cuenta que la merienda puede contener una mayor cantidad de fibra al incluir alimentos saludables con un contenido más bajo de energía o grasa. El estudio recoge que las principales fuentes alimentarias de fibra son los granos y harinas (39,1 por ciento) y verduras y hortalizas (24,1 por ciento), seguidos de frutas (16,6 por ciento) y legumbres (9,2 por ciento), entre otros.