Esto permitirá identificar los genes del rendimiento y de la calidad.
Según publica la página web del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria –INTA-, los casi 40.000 genes que conforman el genoma de la patata fueron identificados, ordenados y ahora vinculados con un mapa genético lo que facilitará la identificación de genes específicos responsables de ciertos caracteres.
El logro corresponde a un grupo internacional de científicos de 14 países, en el cual participan investigadores del INTA Balcarce –Buenos Aires– en representación de la Argentina.
Sergio Feingold, director del Laboratorio de Agrobiotecnología de esa unidad del INTA, consideró este proyecto como “un gran descubrimiento” que abre la posibilidad de identificar genes candidatos responsables de caracteres de interés agronómico, nutricional e industrial para incorporarlos a los programas de mejoramiento de manera dirigida.
Así, los científicos lograron integrar el genoma de la papa con un nuevo mapa de ligamiento y con otros mapas genéticos y físicos de este y otros cultivos –como el del tomate, recientemente publicado–.
A partir de este hallazgo, los especialistas podrán reinterpretar los descubrimientos realizados en los últimos 30 años que vinculan regiones de ADN responsables de caracteres de interés de la papa –un valioso miembro de la familia de las solanáceas e identificar en esas regiones los genes que expliquen estas asociaciones y, así, contribuir a la mejora del rendimiento y la sanidad, así como aspectos nutricionales e industriales de la producción.
Este descubrimiento –publicado en la Revista científica G3– completa y se complementa con la investigación que, en 2009, consiguió la decodificación de la secuencia del genoma del cultivo y, en 2011, su ordenamiento. “Si bien es un logro en sí mismo, también se trata de un nuevo punto de partida para nuevas investigaciones”, afirmó Feingold.
El logro en números
El mapa genético comprende 2.469 marcadores moleculares –una especie de ubicación a escala cromosómica– y abarca 936 centimorgans (cM: medida de distancia genética). “Esta construcción integra el 93 por ciento del genoma ensamblado previamente y localiza genéticamente al 96 por ciento de los 39.031 genes identificados”, detalló el especialista.
Cada gen de la papa interviene en diferentes aspectos del crecimiento y desarrollo, y establece el comportamiento frente al ataque de insectos o enfermedades, condiciones ambientales adversas y determina la producción de azúcares, almidón y otro tipo de compuestos en los tubérculos y las hojas.
Todos para uno
El consorcio del mapeo del genoma de la papa está conformado por 19 laboratorios y es un subgrupo del Consorcio internacional del Genoma de la papa (PGSC), del que participan diez países: Reino Unido, Holanda, Dinamarca, Perú, Chile, Estados Unidos, China, Irlanda, Nueva Zelanda y Argentina.
En representación de nuestro país, participaron Martín Carboni, Juan Martín D’Ambrosio y Sergio Feingold del Laboratorio de Agrobiotecnología de la EEA Balcarce, quienes generaron y localizaron los marcadores que permitieron vincular la información de secuencia con los mapas genéticos.