A la firma Greenyard le han pasado factura muchas cosas, como la contaminación por listeria de una partida de productos congelados en su factoría de Hungría; la no adquisición de Dole y un endeudamiento que viene de atrás y que se ha visto salpicado por un verano muy caluroso con unos activos productivos bajo mínimos durante esta campaña.
Muchos temas que han propiciado que la firma Greenyard se haya visto obligada a vender su sección de producción hortícolas por 120 millones de euros al fondo de inversiones Steco.
El nuevo director general, Hein Deprez, trató de hablar con sus acreedores financieros para que le diesen margen, pero el índice de deuda aumentó y aunque su crecimiento esperado era del 10 por ciento, tuvo que realizar unos ajustes, que han terminado por tomar la decisión de vender el segmento de producción hortícola, para aliviar deuda financiera.
Greenyard vende la división de sustratos y suelos y puede que no sea la única división que venda. La dirección general no tiene intención de vender su división de Fresh Produce, la comercializadora que trata con productores y supermercados en Europa.
Greenyard ha lanzado un comunicado en el que afirma que el enfoque de la compañía es «mejorar la rentabilidad y reducir el índice de endeudamiento de la compañía». La firma se verá obligada a enfocar más sus acciones y atenciones al segmento comercial de Fresh, clave en la estabilidad de la empresa.
Greenyard recuerda que esta sociedad es la que más ha visto caer el valor de sus acciones en la bolsas en Bélgica en lo que va de año.