El ministro francés de Agricultura, Michel Barnier, ha reconocido que la situación provocada por la contaminación de los suelos de las Antillas ligada al uso de pesticidas es «muy grave», mientras que un informe médico habla de «desastre sanitario».
Barnier ha señalado que existen «consecuencias sanitarias» en las islas, en particular en Guadalupe y Martinica, ligadas al uso masivo de pesticidas, sobre todo, para los cultivos de plátano.
Estas declaraciones anteceden en un día a la publicación de un informe elaborado por un cancerólogo que, según ha adelantado, revela que el uso de pesticidas ha provocado un «desastre sanitario» de mayores consecuencias que el que tuvo lugar en Francia a principios de la década de los 80 con la transfusión de sangre contaminada de sida a más de mil hemofílicos.
«En este caso toda una población ha sido envenenada», asegura el autor del informe, el oncólogo Dominique Belpomme, en el diario «Le Parisien», donde señala que el porcentaje de casos de cáncer de próstata detectado en las Antillas es el segundo más elevado del mundo.
«Las extrapolaciones indican que uno de cada dos hombres tendrá en su vida riesgo de desarrollar un cáncer de próstata», aseguró el médico, quien reconoció que por el momento no tiene la prueba epidemiológica de la enfermedad haya sido provocada por los pesticidas pero que es «casi seguro».
Belpomme detectó también un aumento de las malformaciones congénitas y un descenso de la fertilidad, además de muchos casos de mielomas.
Para el médico, el envenenamiento de las islas, que afecta al suelo y al agua, tendrá consecuencias en las generaciones futuras puesto que se trata de «una bomba de relojería».
«En Martinica la mayor parte de los manantiales están contaminados», señaló el médico, que indicó que muchos productos agrícolas también están afectados, al igual que algunas carnes.
Indicó que se han encontrado restos de pesticidas en el cordón umbilical de las mujeres que dan a luz, lo que aumenta el riego de cáncer en los bebés, además de las posibilidades de esterilidad.
Los pesticidas a los que se refiere Belpomme fueron prohibidos en Francia en 1990, pero en las Antillas su uso fue legal hasta tres años más tarde, aunque se sospecha que fueron utilizados de forma ilícita durante mucho más tiempo.
El ministro indicó que afrontarán la situación con «transparencia» y señaló que hay que aprovechar las consecuencias que sobre los cultivos tuvo el paso del huracán Dean para replantar los campos y buscar la producción de plátanos sin pesticidas.
