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¿Es más caro comer sano? Expertos analizan la cesta de la compra

Un estudio reciente respaldado por la SENC revela que hasta un 73 % de los consumidores percibe que llenar el carro con alimentos saludables como frutas, verduras, pescado o aceite de oliva pesa cada vez más en su bolsillo.

Con la vuelta a la rutina tras el verano, muchas personas se fijan el objetivo de mejorar sus dietas y comer mejor, pero, cuando llegan al supermercado, se encuentran con una sorpresa: comer sano aparenta ser mucho más caro.

Un estudio reciente respaldado por la SENC revela que hasta un 73% de los consumidores percibe que llenar el carro con alimentos saludables como frutas, verduras, pescado o aceite de oliva pesa cada vez más en su bolsillo.

“El consumidor percibe esa diferencia porque la mayoría de los alimentos básicos de una dieta equilibrada como aceite, legumbres, pescados o fruta han sufrido subidas mucho más intensas que los ultraprocesados”, explica Luis Cañada, fundador de FITstore. “Los ultraprocesados ganan por precio, comodidad y contexto: comer sano es la opción más difícil en un contexto cada vez menos balanceado”.

6.342 euros de coste medio

Lo confirman los datos, a pesar de que la inflación se ha moderado este verano tras años de galopante subida, los alimentos frescos como frutas y verduras siguen un 17 % más caros que hace un año y las carnes un 10 % más. Por todo ello, la OCU cifra el coste medio de la cesta en un récord de 6.342 euros al año.

Esta situación se traslada a los supermercados de toda España. Un estudio realizado por los expertos en nutrición de FITstore, en donde se compara una cesta semanal “saludable” compuesta por fruta y verdura fresca, legumbres, aceite de oliva, pescado, huevos, yogur natural, frutos secos o pan integral, y otra, “de comida precocinada”, basada en ultraprocesados de menor calidad (por ejemplo, bollería y snacks, refrescos, platos preparados, embutidos, cereales azucarados y panes de molde) revela una sustancial diferencia de precios.

“El resultado es claro: la cesta saludable sale entre un 12 % y un 18 % más cara que la orientada a productos de menor calidad, dependiendo de la ciudad y del supermercado”, resume Cañada, que atribuye esa diferencia “al encarecimiento acumulado de frescos clave como fruta, verdura, pescado y a la volatilidad del aceite de oliva”.

Coste de una dieta saludable

El fenómeno no es solo español. La FAO y sus socios calculan de forma periódica el “coste de una dieta saludable” a escala global y sus informes más recientes muestran que el precio de una dieta saludable aumentó progresivamente tras la pandemia y la guerra en Ucrania.

Cañada advierte de que los indicadores oficiales no siempre reflejan la realidad de comer sano: “El IPC general puede parecer estable, pero no mide lo que siente una cesta llena de alimentos frescos. Si tu dieta se basa en fruta, verdura, pescado o aceite, el impacto de la inflación es mucho mayor que en la de quien llena el carro con ultraprocesados, que suelen mantener precios más estables y, además, cuentan con promociones frecuentes”.

La volatilidad de los frescos dispara el gasto y el aceite de oliva es el mejor ejemplo: en los dos últimos años, ha llegado a encarecerse más de un 70 %. “Que un alimento esencial para la dieta mediterránea pase a ser casi un producto de difícil acceso es un síntoma preocupante”, señala el fundador de FITstore. “Eso empuja a muchas familias a recurrir a alternativas menos comunes y alejadas de nuestra dieta mediterránea”.

Nuevos hábitos que no ayudan

A este escenario se suma un cambio en los hábitos sociales. Cada vez se prioriza más la rapidez y la comodidad en las rutinas diarias, lo que lleva a que muchas personas elijan opciones listas para consumir antes que cocinar con productos frescos. Esta lógica individualista, centrada en “resolver rápido”, dificulta mantener una alimentación equilibrada y refuerza el dominio de los ultraprocesados en la cesta de la compra.

“La alimentación sana debería ser un derecho universal, no un privilegio. Sin embargo, la desigualdad económica hace que el acceso a productos de calidad esté condicionado por la capacidad adquisitiva”, denuncia Cañada.

Para hacer frente a esta coyuntura, los expertos de FITstore dan consejos sobre cómo abaratar la compra sana:

  • Planificar menús semanales y evitar desperdicio.
  • Apostar por legumbres, verduras de temporada y cereales integrales.
  • No despreciar congelados: el valor nutricional es similar al fresco.
  • Comprar a granel y comparar precios entre cadenas.

A pesar de estas diferencias de costes, los expertos en nutrición insisten en que invertir en comida de calidad es invertir en salud: “Una dieta equilibrada reduce riesgos de obesidad, diabetes o problemas cardiovasculares, y mejora la energía y el descanso; lo que supone la mejor inversión a largo plazo y compensa con creces el sobrecoste actual”, concluye Cañada.