Latinoamérica

Embarque con fruta argentina es rechazado en Rusia

El mercado internacional para las peras y manzanas está cambiando.

Rusia es un cabal ejemplo de ello. Su gobierno devaluó el rublo 5,4 por ciento acumulando una depreciación del 52 por ciento desde principios de agosto, momento en que se inició la guerra comercial con la UE y sus aliados, publica la Federación Argentina del Citrus –Federcitrus-.

Este escenario está generando quebrantos generalizados en la economía rusa y sus efectos comienzan a sentirse en la fruticultura. Los importadores de frutas argentinas no pueden hacer frente a sus compromisos teniendo en cuenta el deterioro que sufrió la moneda local en estos últimos tiempos. "Ellos cierran con los exportadores acuerdos en dólares y reciben por sus ventas rublos. No es difícil entender la crisis por la que atraviesan", confió uno de los operadores del mercado al ser consultado por el tema.

Esta semana un barco con 43 contenedores con manzanas del Valle de Río Negro y Neuquén y, en menor volumen, peras de esta misma zona fue rechazado en Vladivostok, una ciudad portuaria de Rusia ubicada en el Lejano Oriente del Pacífico. Según confirmaron desde la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), el importador que debía cancelar el flete y los servicios portuarios ingresó en cesación de pagos y la fruta terminó siendo rechazada. Estamos hablando de algo más de 700 toneladas entre peras y manzanas.

"Los problemas que se avecinan con Rusia son realmente complejos para el Valle", señaló Marcelo Loyarte, gerente de CAFI. El funcionario aseguró que la devaluación que está registrando el rublo "está golpeando de lleno en la fruticultura regional teniendo en cuenta que aquí el dólar está anclado en los 8,5 pesos y los costes internos siguen creciendo sin techo".

Las buenas expectativas que existían sobre Rusia se van evaporando en la medida en que se acerca la cosecha del hemisferio sur y se profundizan los problemas económicos para Putin. Parte de estos importantes problemas llegan de la mano de la baja internacional del crudo. Rusia, uno de los grandes exportadores de hidrocarburos del globo, ve sustentada su estructura de ingresos en las ventas de este tipo de productos.

De ahí que la caída del 35 por ciento en el precio del barril del petróleo afectara sensiblemente sus cuentas fiscales. Con la aceleración de la devaluación del rublo busca atenuar los efectos negativos de este escenario económico.