Degustar en un día de calor un melón de postre o de entrante con jamón es un placer insuperable y refrescante siempre que la fruta esté en su punto adecuado de madurez y dulzor.
El año pasado, la pandemia hizo aumentar las compras de melón de los hogares españoles (389 millones de kilos, +8 % respecto a 2019) y su valor (472 millones de euros, +25 %), lo que situó el consumo per cápita en 8,42 kilos, frente a los 7,79 kilos de 2019, según el panel de consumo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Según una crónica de Efeagro, aunque cada vez hay más producto de cuarta gama, ya precortado y listo para comer y de venta por mitades -la familia ahora tiene de media menos hijos que antes-, elegir un buen melón entero es una tarea en la que el factor suerte entra en juego, pese a los controles que se hacen en origen hasta su recolección.
Por ejemplo, Hortiespaña, la interprofesional española de las frutas y verduras de invernadero, recomienda para el momento del corte que el melón tenga un determinado grado Brix (nivel de azúcar) que oscila, según las variedades, entre los 10 grados para los galia y amarillo y los 11 grados para los piel de sapo.
A la hora de comprar, en España existe la tradición de presionar el melón en el extremo opuesto al que le unía a la mata ya que, si cede ligeramente, se considera una señal de que está en su punto, aunque esta práctica no asegura acertar con el sabor o dulzor.
La organización murciana de productores y exportadores hortofrutícolas Proexport, en un repaso sobre los «mitos y realidades» sobre cómo elegir un buen melón, afirma que «el sabor no depende ni del sonido, ni de la tonalidad de la piel o la medida de los surcos» de la pieza.
En palabras de uno de sus asociados, el director de Melones el Abuelo, Celedonio Buendía, «todos los consejos que se publican sobre cómo elegir un buen melón son leyendas urbanas».
A su juicio, al adquirir un melón, hay que confiar en que el agricultor haya seleccionado la variedad de semilla adecuada, suministrado a la planta todos los nutrientes y agua necesarios para su desarrollo, que su recolección garantice su estado óptimo de maduración y que, por último, no sufra golpes hasta su consumo.
En la empresa Vicente Peris, con producción en el Campo de Cartagena (Murcia) y en Castilla-La Mancha, hacen cada campaña una selección triple de sus mejores piezas tanto en el terreno como en la planta de procesado para comercializarlos con sus marcas gourmet.
Solo pasan aquellos de más de tres kilos de peso y que luego, en cata, tienen una pulpa firme de color marfil y son intensos y elegantes aromáticamente, con recuerdos herbales avainillados, jugosos y muy dulces, según fuentes de esta compañía.
El vicepresidente de la Asociación de Empresarios Detallistas de Frutas y Hortalizas de Madrid (Adefrutas), Francisco Javier López, considera «primordial» que la variedad elegida sea de calidad e indica que los fruteros, a la hora de seleccionar un melón, comprueban que haya un «equilibrio entre el peso y volumen».
«El melón ha de pesar, que no se note hueco y, si está demasiado duro, es que está verde», precisa antes de recomendar a los consumidores que le gustan comerlo frío o conservarlo durante varios días que lo sitúen en la parte de la nevera de menor temperatura, para que no se congele su carne.
Explica que su larga experiencia como frutero le indica que los producidos en tierras de secano, como los de Castilla-La Mancha, suelen ser más dulces que los que se cultivan en regadío, y que uno que «salga pepino» ya no madura después de estar abierto.
El presidente de la Interprofesional de Melón y Sandía de Castilla-La Mancha, Cristóbal Jiménez, advIerte de que existe fraude de etiquetado puntual en partidas que se comercializan como castellanomanchegos o de Villaconejos (Madrid) durante periodos del año en los que aún no se produce su comercialización de temporada.
El calendario de campaña comienza en primavera en Andalucía -sobre todo en Almería-, luego se traslada a las zonas productoras del Levante y, hasta finales de julio o primeros de agosto, no comienzan los cortes en la zona centro; los importados de países como Brasil y Senegal completan la oferta el resto del año, comenta.