Con un volumen anual comercializado de uva de mesa que ronda las 90.000 toneladas y en torno a 4.000 hectáreas de producción propia en España y Brasil, El Ciruelo es el mayor operador de este sector en España.
Las uvas blancas y rojas suponen su mayor volumen, pero dentro de una oferta que supera las 50 variedades, cobran protagonismo los sabores disruptivos. “Contar con esta diversidad nos permite trabajar también con distintas líneas de producto”, explica Rocío Mejías, comercial, quien apunta, por ejemplo, a la gama de ‘candies’ comercializada bajo su marca ‘Moments by El Ciruelo’, que ofrece variedades con sabores que recuerdan a fresa, algodón de azúcar e incluso mango y piña.
“Ofrecemos diferentes uvas para distintos perfiles de consumidores”, insiste; al igual que ofrecen diferentes formatos de venta según el canal, bien sean supermercados, hipermercados, mayoristas…
La única constante es la calidad de su fruta, que cuidan no solo en su producción nacional, sino también de importación, bien sea propia de Brasil o de orígenes como Perú o Sudáfrica. “No buscamos cubrir solo un hueco de mercado, sino una uva especial, que tenga el sabor, nivel de Brix y tamaño adecuados”, explica.
Calidad y demanda
El Ciruelo comenzó su campaña de uva nacional a finales de junio, con cierto retraso, aunque con un alto estándar de calidad. Sus primeros volúmenes se recolectan anualmente al nivel del mar para desde ahí ir subiendo, logrando ofrecer al mercado uva española de junio a noviembre.
En los primeros compases de este ejercicio -principios de julio-, la calidad ya era la adecuada: “Los racimos son grandes, de buen calibre y estamos logrando el Brix”. Y lo más importante, la demanda, también.