Según las conclusiones del informe, que se ha presentado esta mañana en Madrid, la salud emerge como uno de las principales motivaciones al cambio en alimentación y es la razón que esgrime el 35 % de los usuarios para cambiar su cesta de la compra, un porcentaje idéntico al que cambia de productos por el precio.
De hecho, el 17 % ha variado los productos que compra para mejorar su salud, el 12 % para adquirir productos que no tenga tantos químicos o conservantes, y el 8 % para mejorar su bienestar.
Y es que el 70 % de los encuestados en este anuncio reconoce que comer sano le parece «muy importante» y el 80 % asegura intentar ser regular con las comidas y cuidarse durante todo el año.
Respecto a la evolución de lo que se considera «sano», el informe abunda en la evolución desde los productos «light», «Sin» o «0%», a los productos bio o ecológicos y los «artesanales», para llegar a los «productos respetuosos con el medio ambiente».
En esta línea, otras de las conclusiones del estudio es que la comodidad y la experiencia de compra siguen ganando peso como aspectos importantes a la hora de elegir establecimiento, por delante del surtido y su responsabilidad social, pero el precio es aún el elemento más motivador.
En el capítulo de responsabilidad social, el estudio recalca que «el consumidor empieza a estar más atento a temas de sostenibilidad», pues el 46 % responde que quiere mas productos respetuosos con el medio ambiente, el 60 % valora más los establecimientos que se preocupan por ello y 82 % usa menos bolsas de plástico.
En el caso del surtido, el estudio refleja que, en línea con la preocupación por la salud, el poder comprar productos frescos -a granel y al corte- emergen como aspectos prioritarios, un ámbito en el que aún tienen margen de mejora los supermercados, pues uno de cada cinco consumidores apunta que «no se fía» de sus frescos.