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Ecologistas alertan sobre «los efectos devastadores» de la burbuja del mango

El Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía, GENA-Ecologistas en Acción, ha remitido un informe a la Junta en el que alerta sobre "los efectos devastadores" de la burbuja del cultivo del mango en la Axarquía, principal zona de producción de este fruto en España.

El presidente de GENA, Rafael Yus, ha reclamado a la Consejería de Medio Ambiente un control urgente de la creciente expansión de este cultivo subtropical, por la forma en la que se están acondicionando los montes para acogerlo, en lo que constituye "una actividad explosiva, tipo burbuja, con un tremendo impacto".

El informe se centra en "los enormes movimientos de tierra" que se están realizando con maquinaria pesada, allanando montes y destruyendo cubierta vegetal, y arrancando encinas, algarrobos, pinos, u olivos, lo que deja expuestas las laderas a una fuerte erosión, desfigura el paisaje y multiplica de forma insostenible la superficie de regadío.

Según Yus, GENA no está en contra del aprovechamiento agrícola de las laderas, "pero no al precio al que se está haciendo", y ha asegurado que tal cantidad de agresiones ambientales, en hasta ahora 4.500 hectáreas, requeriría, teóricamente, algún sistema de control que garantice una buena práctica.

"Es evidente, por los casos que conocemos, que este control, que debería realizar la Consejería, está muy lejos de realizarse, porque la Junta delega las autorizaciones en los ayuntamientos, por considerarlas como un sistema de agricultura extensiva", ha añadido.

Sin embargo, para los ecologistas es notorio que un cambio de secano a regadío supone una intensificación de la agricultura, al igual que las transformaciones ejecutadas con maquinaria pesada.

Por ello, han propuesto la elaboración de una normativa de buenas prácticas, con rango prescriptivo, para el acondicionamiento de las laderas que van a ser cultivadas, y que las licencias se condicionen a "una sabia combinación" de sistemas de explotación y espacios forestados.

Asimismo, piden que se establezca la obligación de realizar un informe ambiental por las posibles repercusiones que pudiera tener la obra sobre los agrosistemas, ecosistemas y patrimonio, y en su caso, aportar las medidas preventivas para evitar impactos.

Yus también ha reclamado un control riguroso del uso del agua en todas cuencas y que se evite que haya más acometidas para riego de las que puede soportar el sistema, según las cantidades autorizadas por el Plan Hidrológico de la Cuenca Mediterránea.

Por último, GENA solicita la inspección y seguimiento de las obras por parte de agentes ambientales, y repetir inspecciones periódicas sin aviso para detectar fraudes y faltas en años sucesivos.