Con esta iniciativa que evita desperdiciar comida que se retira de la venta pero que es apta para el consumo, se han dejado de emitir cerca de 3.000 toneladas de CO2 a la atmósfera, lo que ha minimizado su impacto en el entorno y reducido la huella de carbono, como parte de la política de sostenibilidad.
Según ha informado la cooperativa en un comunicado, la donación de estos productos, junto al resto de acciones sociales supone un impacto que supera los 12,1 millones de euros en 2016.
El reparto diario de estos alimentos ha sido posible gracias a la labor de los trabajadores y voluntarios de las más de 200 entidades sociales con las que trabaja la cooperativa, que han llevado la comida a personas que lo necesitaban del entorno cercano de cada supermercado.
Entre los productos donados se encuentran diferentes productos frescos, entre ellos frutas y hortalizas. Los alimentos son recogidos todos los días en cada centro directamente por las entidades sociales, lo que reduce el tiempo de entrega y facilita su distribución entre las personas que lo necesitan.